1. Introducción
Son varias las facetas que hacen de este tratado del ilustre bilbaíno Rafael de Micoleta un objeto de interés: el hecho de que se trate de un texto didáctico del siglo XVII1 que se ocupa precisamente del euskara, una de las lenguas minoritarias europeas, y también que se redacte a partir de un texto base que procede del mundo anglosajón imitado en tratados de enseñanza de varias lenguas romances.
El texto ha concitado la atención de algunos estudiosos desde diversos ámbitos2, pero no cuenta por ahora con una edición digital ni con un planteamiento contrastivo sistemático de las versiones en euskara y lengua castellana entre sí, y de ambas con sus fuentes en lengua inglesa.
Por ello, en el marco de los ensayos en torno a la edición digital como fundamento de investigación literaria o lingüística que se vienen desarrollando en la Universidad de Deusto -como los proyectos Bonaparte, Romulo o Unai3– hemos considerado que una edición en paralelo de la obra bilingüe de Micoleta y de sus fuentes constituye un aporte, en primer lugar, por la edición misma, que se pretende sea accesible a través de la web, lo que contribuirá a la mejora de la difusión del propio Micoleta; en segundo lugar, por la presentación de los textos alineados, reutilizables en ulteriores análisis de diverso tipo.
Entendemos que, desde el punto de vista metodológico, el resultado digital debe sustentarse en la resolución previa de cuestiones filológicas que conciernen a la crítica textual (revisión de testimonios manuscritos y editados, reconocimiento de variantes, establecimiento de un texto, determinación de criterios ortográficos y de disposición textual). Se suma ahora a estas exigencias la de conjugar la tradición filológica con las posibilidades de la marcación para incluir las intervenciones del editor preservando la independencia del texto. En consecuencia, se ha optado por un etiquetado mediante el estándar TEI P5 para la descripción bibliográfica, la transcripción de las fuentes y –en una segunda fase- la inclusión de un aparato de variantes. En este sentido, el trabajo constituye también un progreso en la incorporación de textos clásicos del euskara -en situación más precaria que el inglés, e incluso que el castellano, en este sentido- a los nuevos procedimientos de etiquetado y edición digital.
Intentamos, en definitiva, contribuir a esa línea de innovación humanística que configura las expectativas de tantos grupos internacionales, entre ellos el del propio CLiP. De hecho, nuestro interés por Micoleta nos ha introducido en la bibliografía de una tradición textual cuyo interés queda de manifiesto en aportaciones muy recientes, también en el medio digital, entre ellas las de investigadores del propio King’s College que nos acoge en este encuentro4.
Por lo que respecta a las tareas realizadas hasta el momento, hay que precisar que nos hemos limitado a abordar una parte del Modo breve..., el Diálogo, versión incompleta del Diálogo primero que aparece en los Pleasant and Delightfull dialogues in Spanish and English firmados por Minsheu y que se reproducen a lo largo del siglo XVII, y aun del XVIII, en una larga serie de tratados de enseñanza- aprendizaje de lenguas como se explica pormenorizadamente en Cid5. Hay que recordar, a este respecto, que en el rico desarrollo de esta vertiente didáctica en la época es evidente la importancia de textos dialógicos como propuesta modélica y de ejercitación, según ha puesto de relieve la bibliografía al respecto6. Así, como afirma Breva (2000: 717-718):
The methodology for teaching vernacular languages was similar to that employed earlier with regard to Latin and Greek instruction. The sole difference resided in the type of language basing taught. Whereas the stud Latin was based on the usus of classical authors, the corpus utilised for teaching of de vernaculars generally included the language of artisans, trader, and travellers. Lange classes in the 16h century consisted of de practice of dialogs, reading and translation exercises, word memorization, and the study of pronunciation and grammar7.
Con la incorporación del Diálogo, Micoleta se integra pues, e integra también al euskara, en una compleja trama de intertextualidad de la Europa de su tiempo y nos permite asomarnos al horizonte multicultural de un erudito vasco de su época, aspectos suficientes para justificar el interés por esta obra tanto para la historiografía como para la historia lingüística de la lengua vasca.
Es preciso señalar que este trabajo fue desarrollado en 2006 –como intervención en el congreso CLIP de ese año del King’s College London– por filólogos del equipo TesiTek, del que Carmen Isasi formaba parte en aquellos momentos, y ha contado también para el desarrollo informático con la participación del miembro colaborador Josu Gómez, perteneciente a la empresa Bitext.
2. Sobre Micoleta
Rafael de Micoleta, según recoge el acta de bautismo, que tuvo lugar en la iglesia de San Antón, nació en Bilbao el 19 de noviembre de 1611 y sus padres fueron Martín de Micoleta y María de Çamudio8. No se tienen noticias de la fecha de su fallecimiento. Era de familia acomodada y distinguida por parte de ambos progenitores, en particular de la madre, que provenía de la familia noble de los Zamudio. En el título de su obra se declara “Licenciado” y, por los cargos que debió ocupar, de Fiscal Mayor y Menor, cabe pensar que era Licenciado en Derecho. Fue, sin duda, una personalidad ilustre del cabildo eclesiástico de Bilbao y, en consecuencia, del propio Bilbao9. Por lo demás, cabe decir que el breve trabajo escrito del que aquí tratamos es bastante significativo de sus preocupaciones lingüísticas y literarias y de sus relaciones con personas y ámbitos de la cultura.
Con ocasión de las primeras ediciones del Modo breve… se produjo una confusión acerca del apellido “Micoleta”, debido a la carta que Samuel Sainthill dirigió a Sir Thomas Browne, en 1661, comunicándole que le había traído un manuscrito para enseñar la lengua vasca escrito por un presbítero bilbaíno llamado Rafael de Nicoleta, y, de hecho, así lo cita el propio Sir Th. Brown en uno de sus artículos10. Todo se aclaró cuando se publicó la copia literal de la partida de bautismo del autor, en la que consta su apellido como Micoleta.
3. La obra
La obra del bilbaíno Rafael Micoleta Çamudio, Modo Breve de aprender la lengua vizcayna. Compuesto por el ldo. Rafael de Micoleta, presbyto, de la muy leal y noble villa de Bilbao, escrita en 1653 según se recoge en el propio manuscrito, se conserva en el Museo Británico y forma parte de la colección donada por Robert Harley al Museo. Su existencia no era desconocida, ya que, como se ha indicado, por lo menos se cita en la obra de Sir Thomas Browne. No obstante, su presencia pasó prácticamente inadvertida hasta finales del siglo XIX, época en la que empezó a ser editada.
La obra de Micoleta, que probablemente se elaboró a instancias de alguna persona interesada en conocer la lengua vasca, no llegó a cumplir con su objetivo de servir de manual para el aprendizaje del euskara, pero eso en nada disminuye su interés como testimonio vivo del habla vasca de Bilbao en el siglo XVII y también, obviamente, del dialecto vizcaíno y, en última instancia, de la lengua vasca como tal.
La razón para sostener que, quizá, este texto se preparó a petición de algún conocido, se sustenta en la misma obra, ya que a él parece dirigirse cuando dice “para que si alguna vez fuere Vm. tentado de alguna locura poética en nro. idiomá, no ignore su estilo”. Por otra parte, el uso casi exclusivo de la primera persona del plural y del adjetivo posesivo de esa misma primera persona en las partes expositivas de la teoría llevan a pensar que, más que preparando un texto teórico de carácter general, está pensando y dirigiéndose a un receptor concreto. Pudo ser un inglés, pero no necesariamente. En los siglos XVI y XVII viajaban a Bilbao, e incluso se instalaban en la villa por algún tiempo, además de españoles, comerciantes ingleses y de los Países Bajos. Es cierto que Samuel Sainthill comunicó por carta a Thomas Browne en 1661 que había llevado de Bilbao un manuscrito escrito por un sacerdote de la misma villa, un ‘Modo breve de aprender la lengua bascongada’, pero hay bastantes años desde su preparación -1653- hasta ese testimonio de Mr. Sainthill de 1661, aunque no tantos que nieguen toda posibilidad de verosimilitud a la sugerencia de que Micoleta lo escribiera precisamente a instancia suya11.
Esta posible relación de Micoleta con alguna persona inglesa se refuerza también –sin entrar directamente en el tema de las fuentes del diálogo, por la traducción que hizo del primer Diálogo de los siete de Minsheu12. Micoleta elabora su método con idénticos elementos que Minsheu, comunes, por lo demás, en los manuales de aprendizaje de lenguas de la época: una breve gramática13, un vocabulario a modo de diccionario14, y el diálogo. A continuación del vocabulario, viene la numeración en euskara, los nombres de los días de la semana y una breve introducción a la versificación vasca, ejemplificada con dos poesías en euskara, acompañadas de su versión en castellano15 y, finalmente, el citado primer diálogo de Minsheu, aunque incompleto, acompañado del texto castellano, presentadas ambas versiones en columnas paralelas.
Ya Azkue (1928, 219), describió el manuscrito diciendo que “está contenido en un tomito muy lindamente encuadernado, de unos 28 centímetros de alto por 12 de ancho”, contiene dos portadas, la inicial y, entre las páginas 18 y 19, la correspondiente a los diálogos; el texto escrito comprende un total de 25 páginas. La transmisión del manuscrito en tierras inglesas, siguiendo siempre a Azkue (1928, 218-219), fue la siguiente: Owen Brigstocke, cuyo ex libris figura en el manuscrito, cedió la obra a Robert Haley, quien a su vez, la donó junto con otras obras impresas e inéditas al British Museum, donde se encuentra en la denominada Colección Harleyana, en referencia al donante16.
La obra de Micoleta pretendía ser, en su brevedad, un método práctico de aprender el euskara. El título mismo lo deja claro, “Modo breve de aprender la lengua vicayna”, y lo confirman los comentarios que va desgranando: “el que con cuidado notáre lo que queda explicado podra hablar bien Vasquenze”; “Esto es lo que mas puede enseñar la Theorica”, “esto enseñalo el uso” o “la Practica es lo que mas obra en la demostraçon de nra. idioma: como en los demás, pero más en este”.
Sin entrar en otras consideraciones, este es el marco en el que deben situarse los “Dialogos”. Son el complemento necesario para la práctica, y el autor lo tiene presente, por lo que adecua la traducción a ese objetivo de aprendizaje práctico. Se diría que procura una traducción lineal del texto castellano, incluso forzando el orden sintáctico más normal del euskara, con el objeto de que el nuevo aprendiz encuentre las palabras y los recursos gramaticales en idéntico orden en ambos textos. Esto le ha podido acarrear alguna crítica entre los estudiosos del lenguaje del siglo pasado, olvidando, casi con seguridad, que pudiera no ser por impericia, sino algo buscado intencionadamente, por la necesidad de preparar un material sobre el que una persona, probablemente culta, pudiera aprender el euskara por cuenta propia.
Y eso, aunque se trate de un reparo que hay que tener presente, no es óbice para que el diálogo ofrezca multitud de fenómenos de todos los niveles de la lengua, que son particularmente dignos de análisis. En cualquiera de ellos, a pesar de ser traducción, logra reflejar con particular realismo el euskara hablado en Bilbao y en su entorno más o menos próximo. En este caso, no tanto por mérito especial del autor, sino, probablemente, porque parece que se enfrentó al reto de elaborar el “Modo” sin más bagaje lingüístico, aparte de su cultura, que el del conocimiento directo del habla espontánea.
Distintas son las circunstancias que tocan a la parte castellana del diálogo, que no constituye sino un eslabón en la trasmisión textual del modelo iniciado por la obra atribuida a Minsheu. Es muy improbable, por ello, que refleje el castellano de los vecinos de Bilbao17. Ciertamente un posible “estándar” del castellano, –no entraremos en las dificultades que implica la determinación de este concepto- podría ser conocido y utilizado por hablantes vizcaínos de la época; también es cierto, sin embargo, que según revela la documentación de tipo notarial, hay en el área rasgos peculiares, derivados tanto de su situación de bilingüismo como de la existencia de una variedad de la zona, interpretable desde la perspectiva del continuum dialectal norteño18. De esa variedad se hace perceptible en el diálogo únicamente el fenómeno del “seseo”, en tanto que en el nivel morfosintáctico el texto parece muy cercano a su fuente19. Con todo, estos aspectos deben constituir aún el objetivo de ulteriores análisis.
4. Las ediciones del Arte breve…
La obra de Rafael de Micoleta no se editó hasta finales del siglo XIX, momento en que se hicieron tres ediciones. La primera, cuyo autor se desconoce, en Gerona, en 1880, Modo breve para aprender la lengua vizcayna20. La siguiente aparece editada por Salvador Sampere Miquel en la Revista de Ciencias Históricas, Barcelona, 188021. La última de este período corresponde a la edición de Dogson: Modo breve de aprender la lengua vizcayna, Sevilla, 189722. Una nueva edición de la obra completa apareció en los años ochenta del siglo XX23. Finalmente, se debe señalar la edición, sólo de la parte correspondiente al diálogo, que hizo Sarasola en 198324.
La transmisión de las ediciones que se hicieron en el XIX de la obra de Micoleta fue, en cierto modo, confusa. Según la generalidad de los autores, tuvo dos ediciones25, si bien Dogson señala tres: Gerona, 1880, Barcelona, 1881 (sic) y Sevilla, 189726. Julio de Urquijo (1912, 552) dice no conocer la de Gerona que menciona Dogson27, y en cambio da la fecha precisa de noviembre de 1880 para la edición de Barcelona de la Revista de Ciencias Históricas. También el P. Fita recoge las dos ediciones que cita Urquijo, y coincide con él en la fecha de 1880 para la de Barcelona28. Igualmente, Azkue sólo menciona, además de la de Dogson, la de la Revista de Ciencias Históricas, dándole la fecha de publicación la de 188129.
Respecto a la calidad de las ediciones del siglo XIX, sin duda la más descuidada es la de Sampere Miquel que, según escribe Azkue (1928, 219) “contiene un gran número de palabras mal copiadas”. No así la de Dogson, ya que la alaba “por la fidelidad con que reprodujo el texto original, habiéndose permitido corregir y siempre con exactitud algunas erratas materiales que se le escaparon al autor” (1928, 220-221).
5. Nuestra edición
Esta fase de nuestro trabajo, como ya hemos dicho, se ha centrado en la edición del Diálogo inserto en el Tratado breve…, copia incompleta del Diálogo Primero de los Pleasant and Delightfull dialogues in Spanish and English, que seguimos citando como Minsheu, pese a otras hipótesis ya sugeridas, como las que estudia Antonio Cid en torno a posibles autorías de Antonio del Corro o Alonso de Baeza. De hecho, la ficha de integración de los Diálogos de Minsheu en el CORDE, según edición de Miguel Marañón Ripoll y Lola Montero Reguera, identifica la obra como de autor anónimo.
Se han incluido, pues, de momento en esta edición digital los textos en castellano e inglés del Diálogo primero de Minsheu, la versión en castellano y euskara de Micoleta y también los testimonios representados por sus equivalentes en los Dialogues en Español y Frances- Dialogues en François & Espagnol de Cesar Oudin30 y los Diálogos familiares de Juan de Luna.
Se ha optado por la digitalización en esta fase de las primeras ediciones de los testimonios seleccionados, con lo que, desde punto de vista de la edición como recuperación de patrimonio cultural se inicia un proceso que ofrecerá:
- Una edición digital no existente del propio Micoleta
- La edición conjunta (alineada) de un fragmento del diasistema de un texto multilingüe europeo.
- La recuperación de Micoleta en ese diasistema, en cuyas referencias no se le suele tener en cuenta31.
El proyecto pretende usufructuar las posibilidades de la propuesta TEI P5, que entendemos hace posible simultanear lo que podemos llamar una edición crítica – en sentido lato- con informaciones que corresponderían al nivel de una edición quasi paleográfica que quedan subyacentes, pero fácilmente accesibles en la visualización. Esta simultaneidad de las presentaciones constituye uno de los rasgos particulares de nuestra propuesta, al permitir el acceso a un texto libre de anotaciones críticas, aunque estos metadatos serán inmediatamente recuperables en la visualización.
Se utilizará por tanto de la misma manera la propuesta TEI para la descripción de las fuentes, incluida en las cabeceras, que están en proceso de elaboración.
En cuanto a las posibles aportaciones del proyecto, cabe subrayar el interés de trabajar en el ámbito del alineamiento para ediciones multilingües de textos no contemporáneos que, como esta, pueden ser reutilizables en análisis lingüísticos contrastivos e incluso como muestras en el ámbito de la docencia de lengua o de traducción.
6. Bibliografía32
6.1 Fuentes primarias
Luna, J. de (1619). Dialogos familiares. Paris, Miguel Damil. B.N.E., sig. R/16298.
Micoleta, R. (1653). Modo breve de aprender la lengua vizcayna. Biblioteca del British Museum, Mss. Harley, 6314.
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6.2 Otras referencias bibliografícas
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[1] Recordaremos, en este sentido, la llamada a la atención de este tipo de textos a través de ediciones de calidad que realiza Gómez (2001)
[3] Más referencias en http://littera.deusto.es/prof/isasi/curriculum
[4] v.g.: Diálogos de Minsheu del Centro Virtual Cervantes (http://cvc.cervantes.es/obref/dialogos_minsheu/). Edición digital (facsimilar) del diccionario de Minsheu llevada a cabo dentro de los proyectos de investigación del King’s College http://www.ems.kcl.ac.uk/content/proj/anglo/dict/index.html
Edición de los Diálogos de F. Sobrino http://parnaseo.uv.es/Lemir/Textos/Sobrino/Index.htm
[5] “Leve introducción a unos diálogos hispano-ingleses”, http://cvc.cervantes.es/obref/dialogos_minsheu/introduccion/.
[6] Sobre estas cuestiones, recordaremos, sólo como muestra, aportes como los de Sánchez Pérez (1992), Breva-Claramonte (1994), Lope Blanch.(1999)
[7] La negrita es nuestra. También, según Alvar Ezquerra (2002:52), a propósito de Percyvall:
el (manual) de Percyvall está dividido en dos partes, la gramática y el vocabulario, sin los diálogos y los refranes que hay en el de Stepney, y que serán habituales en los tratados de enseñanza de segundas lenguas, bien acompañando a gramáticas, bien a diccionarios, bien constituyendo todo (gramática, vocabulario, diálogos y refranes) un completo manual para el aprendizaje de una lengua extranjera.
[10] Dogson, E. S. (1908-1, 255-256). Parece que fue a raíz del conocimiento de la carta de Sainthill que el Jefe de la sección de Manuscritos del Museo Británico, Dr. E. J. L. Scott, sostuvo que “Nicoleta” era la forma correcta del apellido del autor del manuscrito, y de ahí que, según testimonio de J. de Urquijo (1912, 552), Dogson se refiriera a “Micoleta ó Nicoleta”, para pasar a sostener que era “Nicoleta” el apellido correcto del autor bilbaíno tras la publicación de las obras completas de Sir Brown en 1907, en las que éste cita la obra y a su autor como “Nicoleta”. No obstante, Dogson recoge, algunos meses más tarde (1908-2, 8), la información que le transmitió el sacerdote J. M. de Bernaola de “que Micoleta era la forma del nombre autorizada por los registros de Bilbao”. Sin embargo, no parece que él mismo quedara convencido, pues no rectifica hasta 1913, en carta enviada a la revista The Academy, fecha en que vio publicada, por el P. Fita, la copia del acta del bautizo (1913, 570); acta que no era sino copia, a su vez, tal como lo dice el mismo P. Fita con todo detalle, de la que en 1912 había publicado Julio de Urquijo (vide nota 1).
[11] Dogson (1908-1, 256): “Mr. E. Scott had discovered in the British Museum a letter from Samuel Sainthill to Sir T. Browne, of Norwich, dated London, 1661, telling him that he had brought him from Bilboa (now written Bilbao in Castilian) a manuscript composed, presumably at Sainthill`s request, by a priest in Bilbao named Rafael Nicoleta”. Tampoco será fácil de comprobar la conjetura de Zelaieta (1988, 136, nota 2, y 137, segunda nota 1), apoyada en una lista confeccionada por T. Guiard Larrauri de comerciantes de lanas extranjeros establecidos en Bilbao, no pocos de ellos británicos, de que el que se nombra Samuel Still sea el mismo Samuel Sainthill, teniendo en cuenta que las fechas coinciden, y de que la pequeña diferencia de nombres podría deberse a una trascripción incorrecta del mismo.
[12] Los diálogos, “Pleasant and Delightfull dialogues in Spanish and English, profitable to the earner, and not unpleasant to any other reader”, son, junto con la gramática, “A Spanish Grammar”, complemento del diccionario A Dictionarie in Spanish and English, London, 1591.
[13] Estas son las partes de que consta: “Modo breve de saber declinar los nombres vascongados”, “Conjugacion de los verbos vascongados”, además de “otras reglitas sueltas, de algunos modos de hablar”.
[14] “Dictionario breve de vocablos los mas usados en vasquense propio, puestos por horden alphabetica”.
[15] “Modo de contar”, “Nombres de los días de la semana”, “Modo de la Vizcayna Poesia y sus versos”.
[17] Contra lo que sugiere Bizcarrondo (2002), argumentando que el haber tomado el texto castellano del diálogo podría suponer que sus usos no repugnaban al adaptador.
[25] Vinson (1983, 1**, 667) cita del siguiente modo la edición hecha por Dogson: “Seconde édition, 25 janvier 1897, Sevilla […] Réimpression d’un manuscrit du British Museum (18 fts. in. folio), déjà publié en 1880 par M. S. Sampere y Miquel dans la Revista de Ciencias Históricas (Nov. 1880, p. 122-156). M. E. Dogson, auteur de la présent édition, affirme que, collationnée sur le ms. original, elle est plus exacte et beacoup plus correcte que la première”. Como puede apreciarse, la descripción de la edición de Sampere Miquel se refiere a la conocida como la de Barcelona.
[26] E. S. Dogson (1913, 565), escribía así en carta dirigida al editor de la revista The Academy: “Señor, – En The Academy del 8 de Febrero (p. 448) y del 6 de Junio (p. 865), del año 1908, aludí al Modo Breve de Rafael Micoleta, como primer ensayo, en cuanto se sabe, de una Gramática Vasca, de la que publiqué en 1897 una tercera edición, llamada en un principio segunda, antes de tener yo noticia de la de Gerona”. También en (1908, 255) citaba las mismas tres ediciones: “Los Bascófilos saben que hay tres ediciones del Modo Breve de aprender la lengua Vizcaina, escrito en Bilbao en 1653, y conservado en el Museo Británico. Se publicaron en Gerona 1880, en Barcelona 1881, en Sevilla 1897, y todas incorrectamente!”. A pesar de todo, no deja de sorprender que Dogson hable de la edición de Gerona precisamente para rectificar su propia adjudicación de “Segunda” a la suya de Sevilla publicada en 1897.
[27] (196, 552 nota 1), “Este escritor cita una edición, de Gerona, que no he logrado ver hasta ahora”. Sorprende bastante esta afirmación, especialmente al comprobar que en el Catálogo de sus manuscritos, Urquijo (1991, 316), se reseñan tres ediciones, una de las cuales, catalogada con el número 5396, es la de Gerona. Véase la descripción: “Modo breve para aprender la lengua vizcayna (compuesto por el Doctor Rafael Micoleta, presbítero de la muy leal y noble villa de Bilbao 1653. Gerona: Imp. Y Librería de V. Dorca, 1880, – 91 p.; 26. – Contiene además: Suplementos al Diccionario Trilingüe del P. Larramendi, escritos en 1746 por el p. Fr. José de María Carmelita Descalzo”. Aunque todavía resulta más sorprendente que en dicha edición, conjuntamente con la obra de Micoleta, se editaran los “Suplementos” del carmelita P. Araquistain escritos en 1746, y que, según todas las fuentes, se publicaron en la Revista de Ciencias Históricas II, 1891. Vide Pagola (1991, 159, nota 53).
[29] (1928, 219) “La primera edición del Micoleta, publicada el año 1881 en la Revista (barcelonesa) de Ciencias históricas”.